Es muy importante que no se roce con otros, cambiarlo cada tres meses, protegerlo con funda si lo llevamos en el bolso o la maleta, no compartirlo y dejarlo lejos del inodoro. Además, debemos cambiarlo si hemos tenido una gripe o enfermedad bucal, por ejemplo.
Es muy importante elegir una pasta de dientes adecuada a nuestras necesidades. Para la placa bacteriana, para el sangrado de encías, para los dientes sensibles, etc.
Algunos de los efectos más comunes que suele causar el alcohol en la salud oral, son sequedad bucal (se deja de producir la cantidad de saliva necesaria, lo que minimiza la impermeabilización de los dientes), halitosis o mal aliento, a los que deben añadirse otros como:
Estudios publicados constatan que el alcohol puede afectar a la salud general de la boca. Los investigadores observaron la composición bacteriana de más de mil bocas de adultos y encontraron que el consumo de alcohol, sobre todo si es excesivo, influye en el microbioma de la boca. Esto puede afectar negativamente la salud de las encías y desempeñar un papel en el desarrollo de gingivitis y periodontitis.
El efecto negativo del alcohol sobre la salud bucal no solo se limita a las encías. Un consumo excesivo de alcohol está relacionado también con una mayor probabilidad de sufrir caries porque, como advierte la Asociación Dental Americana (ADA), la deshidratación que provoca el alcohol disminuye el flujo de saliva en la boca y, por tanto, evita que las bacterias se eliminen de manera natural del esmalte de los dientes.
La boca seca o xerostomía implica mayor tasa de infecciones, pérdida de esmalte, peor aliento, peor absorción de nutrientes, pérdida del sentido del gusto o problemas de voz. Esto explica por qué un alto consumo de alcohol se asocia con la presencia de placa y una mayor incidencia de caries. Otro motivo por el que el alcohol conduce a la descomposición es que se metaboliza en azúcar, lo que atrae a las bacterias.
Pero lo más preocupante es que este fenómeno afecta especialmente a los jóvenes. Desde la Sociedad Española de Cuidados Bucales (SECUB) informan que aumentaron los casos de jóvenes con dientes afectados por la acidez de las bebidas alcohólicas, por su inicio en edades tempranas.
La disminución del pH que provoca el alcohol, también incide en la erosión del esmalte, las piezas se vuelven más finas por el ataque ácido del alcohol y por tanto, son más susceptibles a sufrir fracturas y a tener mayor sensibilidad. El esmalte protege la dentina y si esta se desgasta, puede provocar la molesta sensibilidad dental. Bebidas como el vino blanco, la cerveza y la sidra pueden ser muy ácidas, lo que puede provocar la erosión del esmalte.
Además, mezclar el alcohol con bebidas gaseosas suaves aumenta los niveles de ácido en la boca.
En general, todas las bebidas alcohólicas pueden oscurecer el color blanco de los dientes. Además del té o el café, el vino tinto es uno de los líquidos que más contribuyen a la coloración de los dientes. Esta bebida contiene polifenol, un compuesto químico que mancha fácilmente los dientes. También los alimentos con alta coloración como salsa de soja, espinacas o frutos secos pueden mancharlos.
El alcohol provoca un cambio en la velocidad de penetración de sustancias del entorno oral a través de la mucosa y esta alteración puede jugar un papel en el desarrollo de carcinogénesis. Así lo explica un artículo del departamento de Medicina y Cirugía Bucofacial de la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid: “El alcohol en contacto con la mucosa oral es capaz de producir una alteración en su morfología caracterizada por una atrofia epitelial, lo que supone un incremento en la susceptibilidad de dicho tejido frente a otros carcinógenos químicos”.
El alcohol y el tabaco son los responsables del 90% de los cánceres orales, los tumores localizados en la zona y la cavidad bucal cada año causan la muerte a casi 1.200 personas en nuestro país, normalmente como consecuencia de un diagnóstico tardío de la enfermedad.
Todos estos efectos suelen aparecer cuando el consumo de alcohol es elevado. Lo importante es tomar las bebidas alcohólicas con moderación y sin descuidar las pautas de higiene diarias. Además, es primordial:
Lo más aconsejable es eliminar o reducir el consumo de alcohol, ya que sólo así se evitan los problemas que ocasionan estas bebidas, tanto a nivel oral como en el resto del organismo.
La limpieza bucal profesional nos ayuda a mantener unos dientes más limpios y sanos. Tu dentista de confianza, será quien te indique cada cuanto tiempo debes hacerla.
Son sólo algunas pinceladas sobre higiene bucal. Lo mejor siempre, es consultar con el dentista.
Desde niños podemos cuidar nuestros dientes siguiendo los siguientes pasos:
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